Ateneo 1-10-2009

 

[dropcap type=»circle» color=»#ffffff» background=»#555555″]D[/dropcap]espués de algunos años de trabajar con el tema de los Trastornos de la Conducta Alimentaria y percibir como estaba comprometido el cuerpo de las personas que presentaban esta problemática, empezó a atraer mi atención otras situaciones en las que el cuerpo mostraba su padecimiento de distintas maneras.

 
Anatilde Idoyaga Molina en su artículo Cuerpo y Enfermedad, plantea “desde un enfoque antropológico: la enfermedad incorpora la experiencia vivida en el mundo cotidiano como una metáfora de aflicción física, social, política y económica que adquiere significados según cambien los contextos culturales. Toda enfermedad implica construcción cultural y en ese sentido no hay una realidad objetiva meramente orgánica o mental, independiente de las vivencias y las experiencias que refieren inmediatamente a la cultura”-
“El cuerpo en relación con la enfermedad es mucho más que una disfunción orgánica o mental, es el espacio de expresión de toda clase de conflictos, emociones y significados culturalmente atribuídos”

 
Denise Najmanovich en su artículo “El conocimiento del cuerpo, el cuerpo del conocimiento” propone mirar el cuerpo como un proceso de auto-producción en intercambio con el ambiente que es el universo entero. Así entonces nos encontramos con cuerpos que se gestan en la biología, se desarrollan en el intercambio permanente con su medio ambiente, se modulan mutuamente en los encuentros afectivos, a los que damos sentido según los hábitos, los juegos relacionales y el lenguaje de nuestra singular cultura que a su vez contribuye a modelar la vida corporal”
En el libro “La enfermedad como camino” de Dethlefsen y Dahlke, describen la enfermedad como la pérdida de una armonía, o el trastorno de un orden equilibrado.

 
Consideran que el cuerpo es vehículo de la manifestación de todos los procesos y cambios que se producen en la conciencia. Los procesos funcionales nunca tienen significado en sí, el significado de un hecho se nos revela por la interpretación que le atribuímos, (tienen una marco filosófico oriental donde la conciencia es el alma).
La aparición de un síntoma captura la atención, interrumpiendo la continuidad de la vida diaria. Esta interrupción que nos parece llegar desde afuera nos molesta y el objetivo es eliminar esa molestia.
La enfermedad es un estado que indica que el individuo, en su conciencia ha dejado de estar en orden o en armonía. Está pérdida se manifiesta en el cuerpo en forma de síntoma.

 
Así el síntoma es portador de información, nos informa que algo falla, denota una falta. Tomándolo de esta manera es el que nos resulta útil para detectar cual es la falta, para poder entenderlo es necesario aprender su lenguaje, que es psicosomático es la expresión de la relación entre la mente y el cuerpo. Desde esta perspectiva la curación se consigue incorporando lo que falta, expandiendo de esta manera la conciencia.-
La Teoría General de los Sistemas considera al organismo como un sistema abierto jerarquizado en niveles de complejidad variable que intercambia materia, energía e información con el exterior, para transformarse antihomeostáticamente.
Últimamente muchas enfermedades se piensan como respuestas corporales a situaciones definidas como estresantes.

 

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En general las enfermedades auto-inmunes no tienen tratamientos específicos, y una vez instaladas son incurables.

 

– Claude Bernard en 1865, entendía el organismo como un conjunto de relaciones al servicio de un orden mantenido por la información biológica.

 

– Las primeras versiones médicas sobre el stress lo toman como una reacción de alarma, entendiéndola como estimulación perturbadora del equilibrio

interno, y se supuso una relación causal entre enfermedad y ruptura homeostática.

– Así una situación de stress se consideró una respuesta a estímulos de orden externo o interno que la disparaban.

 

– El recorrido de las investigaciones sobre el stress deriva en distintas teorías, entre las que se hallan las teorías cognitivas.-

 

– Lazarus en 1966 incluye el estudio de los significados en la situación de stress. Plantea una evaluación de los acontecimientos en términos de su significado para el bienestar personal. Es decir el sujeto evalúa sus recursos y opciones para responder y adaptarse, cuando percibe en su entorno un estímulo que es vivido como una situación amenazadora.

 

– Siguiendo esta línea puede pensarse que el stress tiene lugar cuando una situación amenazante para el sujeto, incrementa la activación de un organismo, más rápidamente que su capacidad de adaptación para atenuarla (Levi 1971).

 

– La conducta y sus efectos de acuerdo a estos modelos están determinados por cogniciones, hipótesis y creencias, encuadrándose el stress como un proceso dependiente de los significados para el sujeto.
Francisco Varela en el artículo “El cuerpo piensa”, plantea que hace años se dedica a investigar los sistemas inmunológicos que evidentemente juegan un papel fundamental en las enfermedades de tipo psicosomático.
Según este autor, «la perspectiva tradicional del sistema inmunológico utiliza metáforas militares para dar cuenta de las funciones del sistema, defenderse de las infecciones, atacar a virus y bacterias, actividades de vigilancia, los anticuerpos como centinelas de los puestos fronterizos. La etimología de la palabra viene del latín inmunitas y significa que es la persona convocada para cumplir el servicio militar.-”

 

– Varela plantea que el sistema inmunitario es un sistema de pensamiento en red. “Los linfocitos son una verdadera sociedad. Es una red perfecta con capacidades como simple pero todos ligados entre sí”.
La perspectiva red nos permite “considerar al sistema inmunológico como pensante, que por poseer agentes linfocitarios y la existencia de identidades moleculares permite el funcionamiento celular anticuerpos, es capaz de crear una identidad molecular en el interior del cuerpo. Si las células no supieran que moléculas utilizar, que tipo de cambio usar en el interior del cuerpo, el sistema se detendría en pocas horas. Entonces la función del sistema inmunitario es justamente dar esa identidad.”
“Esta visión cognoscitiva del sistema debe considerar las propiedades red como operadoras de un cambio de contexto”
Esto implica que ante algo extraño comienza un proceso donde intenta reconocerlo, aprender ,incorporarlo o rechazarlo.

Luigi Onnis en su libro “La palabra del cuerpo”, cuando propone un enfoque sistémico para la psicosomática, tomando el concepto de Bateson de un continuum circular de cuerpo -mente – ambiente, no ya como entidades separadas sino como aspectos de una realidad compleja . Así la enfermedad psicosomática se presenta como un punto doloroso de integración de factores biológicos y psico-sociales, atravesados por la naturaleza y la cultura. El síntoma psicosomático se hace decodificable dentro del contexto en que aparece, ya que adquiere las características de una comunicación coherente con las modalidades y reglas de la red comunicacional en la que aparece y tiende a perpetuarse. De esta manera el malestar que se produce en el cuerpo, puede recuperar el sentido de un lenguaje, una comunicación que encierra un nudo de sufrimiento intersectado por la biología, la emoción, relaciones interpersonales .
Por lo tanto la enfermedad psicosomática es un padecer a entender, que hace referencia a quien lo porta, y al contexto al que la persona pertenece, requiere transformaciones y cambios en un proceso evolutivo hacia nuevos órdenes de equilibrio y complejidad.
Este autor piensa el problema de la enfermedad como una forma de mantener el equilibrio del sistema, así también como la expresión de la necesidad de modificación de la dinámica familiar, es decir una dolorosa exigencia de cambio.

 

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Ya Minuchin habla de la familia somatogénica, describiendo algunas características de su particular dinámica como son:

– Aglutinamiento: como una forma de extrema proximidad e intensidad en las relaciones familiares, con escasa diferenciación interpersonal y excesiva resonancia emocional.

 

– Sobreprotección derivada de lo anterior con una marcada necesidad de amparo recíproco entre los miembros de la familia.

 

– Rigidez dificultad para enfrentar y adaptarse a los cambios

 

– Evitación de la resolución de conflictos, no se enfrentan los mismos, postergándolos o negándolos.
Considerando estos aportes teóricos, y las posiciones de estos terapeutas familiares es interesante pensar la aplicación de nuestra modelización en estas situaciones clínicas que llegan a consultar.
Uno de nuestros recursos más importante es la indagación, que no solo nos permite conocer al otro, sino invitar al cuestionamiento de los discursos que aparecen como certeros, acceder a la dinámica familiar en la que está inmersa la persona que padece y el impacto que produce en los otros miembros. Y desde ahí construir una modificación en la forma de relacionarse, actuar y pertenecer que favorezca la mitigación del dolor de todos.

 

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Bibliografía

Luigi Onnis
“Terapia familiar de los trastornos psicosomáticos”
“La palabra del cuerpo”

 

Teresa Porzecanski (comp.).
“El cuerpo y sus espejos ¨
ªPsicobiologia del stress¨

 

Dethlefsen y Dahlke.
“La enfermedad como camino “

 

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