Una clínica sin clausuras
Maria Rosa Glasserman y colaboradores
Lo peculiar de este libro es que muestra o comparte la “cocina” de los casos presentados con dudas, sin certezas, y mucho respeto por las situaciones de alta complejidad que propone estudiar sin pretender llegar a conclusiones cerradas.
El Dr. Hugo Lerner dijo “Es exponente de una postura Castoridiana en el sentido que este autor plantea acerca de que, quien pretenda ser innovador, deberá ser radical o no será innovador. Porque innovación implica ruptura con lo instituido, dejar de lado un derrotero ya establecido para elegir otro.
Ha sabido convocar a buenos compañeros de ruta, algunos con más tendencia a abstracciones teóricas y otros más pegados a la clínica, a lo observado. Pero todos con la mira puesta en entender y dar cuenta en como debemos aproximarnos para “curar”, aunque curar se haya posicionado como una palabra bastardeada, yo la sigo colocando en la meta de mi trabajo.
Para aquellos a quienes la palabra curar les hace mucho ruido, entonces usemos el modo en que lo plantea Maria Rosa: (textual) “así como el deseo de ayudar, son factores que nos conducen a investigar en la clínica en pos de encontrar caminos nuevos para viejos temas” Así es, el ayudar, a quienes se encuentran transitando un territorio de sufrimiento, el ayudar repito, es el norte de este texto. A partir de esta premisa la autora introduce el concepto de Foucault de dispositivo y lo deriva en la necesidad de tener dispositivos variados para instalar un proceso terapéutico, la necesidad y la casi obligatoriedad de contar con herramientas renovadas.
Este es un libro que muestra, exhibe lo que se hace. Se aleja de aquellos “manuales de instrucciones” casi al modo de “manuales del usuario”, de aquellos textos que se proponen bajar línea y nos dicen cómo se debe hacer sin exhibir su tarea.