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Hay cosas de las que no es posible hablar, porque pertenecen a algo que no puede ser dicho. En cambio estas mismas cosas pueden ser si no explicadas, al menos si aludidas y podemos así hablar de ellas. En esto consiste precisamente la metáfora, hablar de algo que en realidad alude a otra cosa.1

 

[dropcap type=»circle» color=»#ffffff» background=»#555555″]I[/dropcap]nscribirnos como terapeutas, en el marco del construccionismo social, implica abandonar nuestros apriori, ser capaces de asomarnos a lo desconocido, al no saber del otro pero tampoco de nosotros mismos. Deconstruír, ser irreverentes, poner en duda nuestro saber. No hay hipótesis para verificar, mucho menos verdades generales que nos sostengan.
¿Es el fin de las teorías? ¿Son necesarias las teorías?
Pertenecer a la comunidad de teóricos sistémicos implica que hemos construido un lenguaje y un modo de generar significaciones. Creamos así un contexto de significados compartidos que viabilizan nuestras prácticas pero que también nos restringen otras posibilidades. Producto de ello son por ejemplo nuestras conceptualizaciones acerca de lo que sucede en las familias con un niño que presenta conductas problemáticas.
Como dice Cecchin (1991): «no hay una verdad sobre el problema sino hipótesis que compiten en dar una explicación». Las posibilidades terapéuticas no pueden predeterminarse en virtud de la validez o la superioridad teórica de un modelo. El terapeuta construccionista, no entabla una relación terapéutica despojado de ideas, experiencia o construcciones privilegiadas.
El terapeuta al igual que los clientes acude a la terapia provisto de ciertas versiones de la realidad.  Estas nos ayudan a producir sentido al mismo tiempo que nos apartan de otros sentidos posibles.-

 

Cuentos: narraciones que articulan metáforas.

Podríamos pensar que las hipótesis son metáforas y las teorías cuentos que las incluyen.
¿Podríamos pensar a las teorías como narraciones? Los Terapeutas nos contamos historias, cuentos acerca de cómo podrían ser las cosas. Trasladamos, transferimos; cambiamos, confundimos y enredamos, son las palabras que usa Aristóteles en su poética para definir metáfora.
Formulamos enunciados que mediante una predicación no pertinente, apelan a una nueva pertinencia fundada sobre la semejanza, engendrando una nueva descripción de la realidad, obtenido por la identidad de la semejanza que se le da a los significados en donde la diferencia (identidad de diferencia) es esencial. Ricoeur
Me contaron que una vez un grupo de científicos fue convocado a una prueba de inteligencia artificial donde había que discriminar que grado de parentesco tenia una computadora con el cerebro humano, de modo que alguien de aquel comité le formuló la siguiente pregunta:
– ¿Es usted capaz de pensar como un ser humano?.Después de procesar la información la computadora contestó:
– Le voy a contar un cuento…..
Y todo el comité de sabios concluyó que la computadora era inteligente, porque sabia que de aquello de lo que no podemos hablar, mejor callar y una forma elegante de salir del enredo y proponer nuevas preguntas era apelar a la narrativa, que alude a algo de lo que no se puede hablar, pero podemos bordear.

 

No hay verdades sociales incontrovertibles, sino sólo relatos del mundo, relatos que nos contamos a nosotros mismos y que contamos a los otros. Y por ello, la mayoría de los psicoterapeutas tienen un relato acerca de cómo los problemas se desarrollan y como se resuelven o disuelven y ellos constituyen sus teorías en uso. Los atractores nos ayudan a producir sentido al mismo tiempo que nos apartan de otros destinos posibles. Es importante ir generando una producción de sentido sin quedar atrapado por un atractor especial.
Uno de los teóricos del movimiento narrativo en psicología es el psicólogo Jerome Bruner (1994). Distingue dos modos de pensamiento. Por un lado estaría el modo de «pensamiento paradigmático» y por el otro el «modo narrativo».
La modalidad paradigmática o lógico científica tiene que ver con las capacidades humanas de razonamiento, explicación y análisis lógico empírico o científico.
La modalidad narrativa, la más antigua del pensamiento humano, consiste en contar historias a otras personas y a nosotros mismos. De esta manera el significado surge de la narración, actividad constante en nuestra vida. La modalidad de abstracción que produce el modo de conocimiento narrativo se relaciona con el interés por aquello que es particular, inesperado y sorprendente. Se fundamenta en imágenes, es analógico. Las imágenes se combinan y juntan en la trama narrativa por la semejanza de sus contenidos y por las similitudes de las tonalidades emotivas que despiertan
Habitualmente las intervenciones de los maestros (especialmente en el trabajo con niños) incluyen metáforas, tal vez porque ellas se producen como esa inter-lengua que hace posible llegar con nuestro lenguaje a los adultos y a los niños. No solo para ser comprendidos semánticamente (significados) sino por la potencia de la metáfora para generar nuevos sentidos.
No hay metáforas ciertas o falsas sino útiles o inútiles; metáforas eficaces y metáforas ineficaces.

 

Permítanme contarles mi propia versión de los cuentos que fueron contando los terapeutas familiares en consultas por niños a lo largo de estos 50 años. Los autores de estos cuentos son Minuchin, Haley, Pallazzoli, Madanes, Fishman, Pitman, y muchos otros que los fueron contando de diferentes formas: elaboraciones teóricas, casos clínicos, viñetas o recortes de intervenciones. He recogido lo más cuidadosamente posible estos trabajos. He tratado de ver sus diferencias y similitudes tomando aquellas diferencias que a mi criterio, hacen la diferencia. Soy yo, como hija, como madre, como terapeuta, quien hace estas operaciones de distinción por tanto y por supuesto no fui del todo fiel.

 

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Metáforas que heredamos

1. Cuentos con dos personajes

1.1 El niño expresa con su síntoma lo que siente y no expresa alguno de sus padres.

1.2 Alguno de los padres re-actualiza en la relación con sus hijos sus propios conflictos no resueltos.

 

2. Cuentos con tres personajes.

2.1. Triangulaciones simples.

2.1.1Desvia atención
a-Perturba
b- Ofrece como blanco.
c-infantiliza

 

2.1.2 Pareja necesidades insatisfechas.
a-Parentalizado.
b-Reclama por P/M.

 

2.1.3Conflicto de pareja se desvía.
a- Desacuerdos parentales.
b- Relación entre hermanos.

 

2.2 Triangulaciones que incluyen una coalición transgeneracional.
2.2.1Triangulo perverso.

2.2.2 Juego psicótico.

 

2.3 Triángulos Trigeneracionales.

2.3.1 Asuntos pendientes familia origen del P/M.
a. Deudor
b- Acreedor.

 

2.3.2 Síntoma: mensaje a la 2° generación acerca de su relación con la 1°.

 

2.3.3 Triángulo perverso trigeneracional.

 

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1. Cuentos con dos personajes.

Son cuentos que privilegian la relación del niño con uno de sus padres.
1.1 El niño expresa con su síntoma lo que siente y no expresa alguno de sus padres. Estados emocionales que no son reconocidos por los padres ya sea por ser inaceptables o por estar proscripta su expresión, son expresados por el hijo. Depresión, tristeza, ansiedad, desamparo, dependencia, impotencia; el niño se hace cargo de la infelicidad de alguno de sus progenitores. Durante la sesión, el niño funciona como el “barómetro afectivo familiar” que nos señala cuando nuestra intervención ha tocado un área sensible, no solo en la dimensión relacional sino también en el nivel de los sentimientos de uno o varios miembros de la familia.
1.2 Alguno de los padres re-actualiza en la relación con sus hijos sus propios conflictos no resueltos:
El niño es lo que papa/mamá no puedo ser: Libre, deseante, exitoso, potente, controlado.
Ej. La madre de Lucas con problemas de conducta dice “Quise que el fuera libre como yo no pude ser… mi mamá era tan asfixiante”
En otros casos él actúa aspectos ocultos de la conducta de alguno de los progenitores aspectos pulsionales, conductas transgresoras, sentimientos proscriptos etc.
Ej. Los padres están preocupados porque Constanza no controla sus impulsos. Actúa siempre en la clandestinidad. En el trabajo terapéutico se revelo que el padre tenía una familia paralela desde hacía 12 años.

 

2. Cuentos de tres personajes:
2.1. Triangulaciones Simples: Pareja en conflicto (simetría explicita) Pareja en lucha de poderes. Enfrentamiento, frecuentes escaladas.
2.1.1. El síntoma del niño sirve para desviar la atención de los conflictos de la pareja de los padres.
a-Presenta conductas perturbadoras: niños con problemas de conducta o que se ponen en riesgo; disruptivos; inquietos.
Metáforas: Hace ruido. Pantalla. Cortina de humo.
b- El niño se ofrece como blanco para que dirijan hacia él la violencia instalada en la pareja, como sucede en los casos de maltrato infantil.
Metáforas: Chivo expiatorio- patito feo.
c. Se infantiliza y logra preocupar suficientemente a papá y mamá como para que no se ocupen de sus cosas, ya que éstas entrañarían un peligro mayor. Ej: Problemas escolares, retrasos en la maduración (motriz, lenguaje, control de esfínteres)
Metáforas: El eterno bebe. Bonsái.

 

2.1.2 Cubrir necesidades que uno de los padres deja insatisfechas al otro. Incongruencias jerárquicas.
a. Parentalización: El hijo ocupa el lugar que uno de los padres deja vacante. Hace las veces de pareja parental o conyugal. El hombre de la casa, el padre de los hermanos, la nena que seduce a papá. El niño que con sus conductas fóbicas acompaña a mamá que se siente sola.
Metáforas: asociadas al esfuerzo puesto en la tarea.
b. Reclama como hijo lo que su padre/madre necesita y no obtiene de su pareja.
El niño reclama a uno de los padres la insatisfacción del otro en relación a: la forma de cuidado, la expresión de la afectividad, la opresión, la ausencia etc.
Reclama como hijo una pareja para la madre o para el padre. Con frecuencia el padre insatisfecho suele explicar en sesión, la conducta sintomática leyéndola como un mensaje del niño al otro padre. Este mensaje es la expresión del reclamo que él o ella hace permanentemente y que su pareja no escucha. “El niño necesita”. “El quiere que vos”.
Metáforas: Micrófono, altavoz. Padre ventrílocuo. Eco.

 

2.1.3 Conflicto de pareja se desvía hacia:
a- Desacuerdos parentales. En ocasiones el conflicto no explicitado de la pareja se juega en los desacuerdos parentales. Diferencias que no se resuelven respecto de pautas de crianza. Inconsistencia en los límites, desautorizaciones de uno al otro. La cuestión aquí es quien pone las reglas a quien responden los chicos.
Metáfora: Niño montado a los hombros de uno de los padres. Pulseada.

b- Problemas de relación entre hermanos. Es casi evidente que muchas veces la relación entre hermanos son metáforas de la relación entre los padres. Hay quienes sostienen que cuando más intensa es la violencia entre los hermanos más violencia oculta hay en la pareja. Ejemplos: peleas de hermanos. Hermano dominante y otro sometido.
Metáforas: Espejo.

 

2.2. Triangulaciones que incluyen una coalición transgeneracional. Parejas en complementariedad rígida en las que la simetría esta implícita.

2.2.1 Triángulo perverso. Instrumentalización.
Cuando hay un enfrentamiento silencioso entre los padres en el cual uno de los ellos pierde poder en relación al otro y se somete, la simetría queda implícita detrás de una aparente complementariedad. Con frecuencia uno de los hijos es utilizado para expresar el descontento, el enojo, que no puede ser expresado en forma directa al otro.
Así el niño es el instrumento a través del cual su padre/madre expresa lo que él/ella no puede decir, pelea lo que él o ella no puede pelear. Se revela, castiga de algún modo al otro por el sufrimiento de papá o mamá.
A diferencia de la triangulación simple en la cual también hay coalición en el triángulo perverso la coalición es negada. En la triangulación simple el niño tiene el poder de lograr lo que el padre no logra a pesar de sus reclamos mientras que en el triángulo perverso el padre silencia su reclamo y niega que el niño exprese una demanda suya.
Metáforas: El abogado defensor. El portavoz. El brazo armado. El soldado de primera línea.

2.2.2 Juego psicótico: Embrollo
Lo que caracteriza el juego psicótico descrito por Mara Selvini no es solo la instrumentalización como en el triángulo perverso sino el “darse vuelta” del padre instigador. Cuando el niño muestra la conducta instrumentalizada el padre instigador “se une al enemigo” dejando al niño fuera de juego. Esto es lo que se denominó el embrollo (embrogllio) distintivo del juego psicótico. Es el paso previo a la irrupción de lo síntomas psicóticos.

 

2.3. Triángulos trigeneracionales.
En la relación con el niño, los padres participan con sus “maletas” ésta incluyen: su historia personal (infancia, experiencias anteriores, relación con sus propios padres, etc.), expectativas, conflictos y mitos individuales, familiares, y sociales.

2.3.1 Asuntos pendientes: de los padres con sus propios padres.
a. Deudor solidario: el niño es deudor solidario por lo que su padre no dio o quitó a sus abuelos. Frecuentemente un hijo es dejado como en prenda a sus abuelos para que su padre obtenga el derecho a la emanciparse. Rehén, prenda, hijo de los abuelos.
b. acreedor (de bienes, afectos, cuidado). Legatario de lo que sus abuelos no le dieron al padre. Frecuentemente los abuelos dan a un nieto la atención, cuidado, demostración de afecto que no dieron a su padre cuando niño. El cuidado al nieto, que por un lado tiene una función reparatoria por otro, deja al hijo en una situación de incompetencia como padre y de repetidor de la historia con sus propios hijos. Metáfora: cadena de favores. El heredero.

 

2.3.2 El síntoma es un mensaje a la 2° generación respecto de su relación con la 1°.
Son padres insuficientemente separados de sus padres. La dificultad para transitar la etapa del ciclo vital del joven adulto ya que quedó atrapado, triangulado, en la pareja de sus propios padres y por tanto no puede diferenciarse y lograr la autonomía esperable para poder conformar su propia organización familiar nuclear. “Quien no puede dejar de ser hijo no puede ser padre”. “Quien no puede dejar de ser hijo no puede ser pareja”. El niño con su síntoma denuncia esta situación.

 

2.3.3. Triángulo perverso trigeneracional: el niño es instrumentalizado por un padre en contra de la familia de origen propia o del otro padre por quienes se sintió dañado.
Expresa la bronca o el rechazo de su P/M hacia los abuelos paternos o maternos en virtud de historias no resueltas.
Debe mostrar a sus abuelos el éxito o el fracaso que tuvo su hijo como padre o madre, a pesar de sus profecías o expectativas.
Debe dejar en claro que su padre o madre fue más exitoso en la crianza de sus hijos que su hermano “el favorito”.

 

Escoger nuestra herencia: Ser fiel e infiel
Si aceptamos que no hay universales, y que la singularidad del caso por caso debe ser atendida. ¿Éstas teorizaciones están caducas, en desuso? ¿Habría que desecharlas?
“Hoy es de buen tono reprobar a los pensadores de décadas anteriores y exigir de quienes los reivindican un deber de “inventario” o peor aún de “arrepentimiento”.Esta proscripción es estéril y convendría no aceptar todo, ni barrer con todo, sino escoger nuestra herencia.
Hacer hablar a las obras desde el interior de si mismas a través de sus fisuras, sus blancos, sus márgenes sus contradicciones, sin tratar de aniquilarlas. De ahí proviene la idea de que la mejor manera de ser fiel a una herencia es serle infiel , es decir no recibirla literalmente como una totalidad, sino más bien pescarla en falta, captar su momento dogmático”.

 

El heredero lejos de ser una figura de comodidad garantizada siempre debe responder a una doble exhortación: primero, hay que saber y luego saber reafirmar lo que viene antes de nosotros. ¿Qué quiere decir reafirmar?… elegir conservarla con vida.
Habría que partir de esa aparente contradicción entre la pasividad de la recepción y la decisión de decir si y por consiguiente transformar, no dejar a salvo, no dejar indemne ni siquiera aquello que se dice respetar. Esa misma herencia ordena para salvar la vida que tenga lugar una transformación que de lugar al por- venir. La experiencia de una de-construcción nunca ocurre sin eso: nunca ocurre sin amor.

 

Para ser fiel debo reconocer el legado de dos conceptos que guiaron este trabajo a María Rosa Glasserman en Clínica de niños: ayer y hoy. El de metáforas en terapia y el de impostura, que yo me permití trasladar y transformar por analogía, al terapeuta y sus teorías.
“Las metáforas impregnan el lenguaje de todos los días colaborando en la formación de una red compleja. La existencia de esta red afecta las representaciones internas, la visión del mundo del sujeto que habla. Nuestro sistema conceptual es metafórico en gran medida.”
¿Por qué o cómo la metáfora que usamos como intervención surge en nosotros? Surge como una imagen, como una figura que nos ayuda a pensar lo que esta pasando, pero creo que por sobre toda las cosas surge de nuestra emoción, de nuestro cuerpo. Traducimos al lenguaje verbal nuestra experiencia corporal. La emoción produce una fisura y abre la posibilidad de diálogo de un nuevo camino. Entiendo la emoción como relacional, algo que sucede en el “espacio entre” no algo que sucede al interior de nosotros mismos. Por eso es imprescindible que el terapeuta rompa su impostura, permita que se resquebraje su saber y así se asome a lo desconocido, al vacío que es la condición de posibilidad de la producción de nuevos sentidos.

 

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1 Autor desconocido

 

2 Ceccin, G. «De la estrategia de la no-intervención: hacia la irreverencia en la Práctica sistémica” Psicoterapia y familia. Vol. 6, N’ 2. 199 1.

 

3 Ricoeur P. Ricoeur, “Palabra y símbolo”, en Hermenéutica y acción, Docencia, Buenos Aires, pp. 7-25

 

4 Bateson, G. «Pasos hacia una ecología de la mente”. Edit. C. Lohle, Bs. As. Méx. 1972.

 

5 Bruner, J. “Realidad Mental y Mundos Posibles”. Edit. Gedisa Barcelona. 1994

 

6 Derrida. J. Roudinesco . Escoger tu herencia. ¿Y mañana que? Fondo de Cultura Económica de Argentina SA. Bs. As. . 2003

 

7 Glasserman , MR. Clínica de niños ayer y hoy. Practica de la terapia familiar. Bs. As. Zorzal 2002

 

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