[quote align=»center»]La duda de quien esta condenado a la desmemoria
A la eternidad proclama
Solo una cosa no hay, es el olvido.
Sosnowski. Borges y la cábala.[/quote]

 

Viñeta Clínica: Lucia (3,6 años) Denuncia de abuso sexual contra su padre.

Lucia rechaza mi ofrecimiento de muñecos (tipo Barbies) para jugar. Con visible desagrado me las devuelve diciendo “están sucios, no los quiero” y elige unas plastilinas. Propone modelar un papá y una nena. Acuesta a la niña con la cabeza sobre el regazo del padre y pone la mano de él entre las piernas de la niña. Le pregunto que hace y me dice “nada ven tele”, luego desarma las figuras y dice “me quiero ir ya”.

En otra sesión ella es la mamá y yo soy el médico: le pregunto ¿señora, que le pasa a su hija? …ella dice “llora por que le duele la colita y no se quiere bañar”, pregunto ¿por qué será? , ella dice: no se, ud. es el médico. Entonces cambiamos los roles y cuando ella es el médico a la misma pregunta responde “me parece señora que el padre le toca la colita”… le pega una curita a la muñeca entre las piernas y empieza a guardar los juguetes con el pulgar en la boca. Yo le digo, “me contó tu mamá que vos también lloras cuando te bañan” y lucia responde: “a mi también mi papá me toca la colita” y se niega a seguir hablando. Le pido que muestre en mi mano como la toca. Hace un movimiento suave circular y se detiene sobre un lunar que sobresale en el dorso. Continúa con una caricia que se me ocurre claramente masturbatoria y luego clava su dedito entre mis dedos y grita como jugando “¡¡¡ay, ay!!!”.

Lucia dibuja genitales a las figuras masculinas y después las tacha totalmente o las corta en pedacitos con la tijera. Una vez dibuja unas gotitas saliendo del pene y dice “a papá le sale jugo del pito, de color un poco blanco y un poco rosado… me mojó la mano…”

L: ¿Que escribes?
T: Lo que me estas contando, le contesto.
L: Y para que?
T: Para contárselo al juez
L: ¿Escribiste todo?
T: Si…
-L (Aliviada) : Bueno, entonces… ¿ya me puedo olvidar?…

En ocasiones el relato de los niños es el único elemento con que contamos para dar cuenta de algunas situaciones vividas por ellos. Sin embargo la validación de estos recuerdos a partir de los relatos es a menudo difícil.

El SAP (síndrome de alineación parental) propuesto por Gardner se basa en la idea de que existen denuncias falsas, producto de la implantación de memorias, mediante la co-construccion de relatos en las que situaciones no vividas pueden ser recreadas por los niños a partir de la construcción de los adultos de falsos recuerdos. Dice Gardner: “Estos relatos, construidos en el lenguaje se usan a menudo como prueba de situaciones no vividas por los niños para obstaculizar el acceso de alguno de los padres a ellos especialmente en los casos de divorcio destructivo”.

Hay posiciones polarizadas en torno a este tema. Algunos especialistas que creen que el SAP es un invento perverso que responde a los intereses de los abusadores de niños. Hablan del Back Lash como un movimiento de oposición que se genera a partir de los avances en el conocimiento y validación del abuso de menores. Otros se posicionan en el lado opuesto, especializándose en desacreditar los relatos de los niños, a las madres en proceso de divorcio y a los peritos cuestionando sus instrumentos y técnicas y presionando con la amenaza de denuncias penales o de daños por mala praxis.

Justo es mencionar en este punto, que los centros especializados en el diagnóstico y tratamiento del abuso sexual infantil, se encuentran en estos momentos jaqueados por múltiples procesos judiciales. Esto ha tenido como primer efecto cierta paralización y silenciamiento en los profesionales implicados con el cuidado de los niños, del mismo modo en que los niños abusados guardan silencio frente a la omnipotencia de sus progenitores abusadores.
El caso de Mar del Plata (Melo Pacheco) que termino con “el abusador” absuelto y los psicólogos procesados puso nuevamente sobre el tapete la discusión de esta cuestión.

Este tema sin duda complejo genera preguntas, interpela nuestra pericia y nuestra ética.
Me propongo reflexionar acerca de algunos aspectos vinculados a las dificultades que se nos presentan al intentar validar los testimonios de los niños que se derivan de la complejidad de la temática misma.

1) Verdad jurídica y verdad clínica:

El juez es el encargado de administrar justicia por medio de la construcción de la “verdad jurídica». El psicólogo debe desplegar parte de su práctica profesional en calidad de «extranjero» en el campo jurídico pero adoptando al mismo tiempo los criterios formales que el acto pericial supone. Las epistemologías en las que se fundan la ciencia jurídica y la ciencia psicológica construyen conceptualizaciones sobre el “sujeto” no solidarias entre si y con ello las consideraciones acerca de la “verdad” que resultan contradictorias
La noción de sujeto que la psicología supone, dista mucho de la figura de persona jurídica que el derecho proclama. Mientras que en un campo se busca rescatar y hacer emerger lo propio de la subjetividad, en el otro se prioriza la objetividad sustrayendo al sujeto. Para que la reconstrucción de los hechos se considere adecuada los relatos deberán ser una reproducción casi especular de las circunstancias reales.
Con ello la tarea del perito es de una sutil complejidad dado que debe cabalgar entre dos paradigmas sin incurrir en contradicciones.

2) Función historizante

La memoria no es arqueológica, no es un reservorio de restos fosilizados de experiencias vividas. Es una creación actualizada, plena de vitalidad, de un sujeto entramado con otros, en el proceso de producción de sentido de sus experiencias.
La actividad de la memoria, paradójicamente, requiere del olvido, recordemos a Borges y a su inolvidable Funes. El historiar implica olvidos y elecciones, selecciona preguntas y establece prioridades, delimita una estética y una ética que acepta el lugar de la propia mirada.
Historiar, por lo tanto, no es una función pasiva de un sujeto que reproduce hechos vividos sino que es un proceso de re-creación de nuestra subjetividad en un área precisa del espacio-tiempo. El recuerdo es una construcción nueva cada vez, que se modifica y nos modifica, entretejiendo sensaciones, emociones, imágenes, textos. Así el pasado es una emergencia de la actividad de recordar.
Ni aun la fantasía es una producción psíquica independiente de toda huella de acontecimientos, ni existe un trauma en el que el acontecimiento puro se inscriba, indiferente del mundo fantasmático.

3) Memoria evolutiva y memoria traumática

Las investigaciones muestran que los niños pueden verbalizar completamente sus experiencias cuando el trauma se produce a partir del rango comprendido entre los 28 36 meses, mientras que en edades anteriores no lo pueden hacer o sólo lo hacen parcialmente. Sin embargo los recuerdos conductuales existen aún cuando el niño no posea un recuerdo verbal del trauma. El juego, las puestas en acto, y los temores asombrosamente reflejan partes de la experiencia traumática del niño.
El pensamiento concreto, la pobreza en las estrategias de memoria, la inmadurez del lenguaje expresivo, los frecuentes errores de omisión, la falta de estructuración lógica del pensamiento (espacio- tiempo- causalidad), así como el egocentrismo del pensamiento de los niños pequeños suelen ser los principales obstáculos en la validación de sus relatos.
En referencia a la importancia y a la eficacia de las palabras, en el caso del abuso sexual infantil, la víctima, el niño, generalmente no cuenta con significantes para nominarlo. Palabras que no alcanzan por un lado, palabras que faltan por el otro. Justamente esta ausencia de palabras, que imposibilita la simbolización, es uno de los determinantes de la capacidad traumatizante que el acontecimiento perverso del abuso sexual infantil conlleva.
La escisión y la negación son los mecanismos principales que acompañan al abuso sexual infantil y al incesto ya que es la dimensión de lo siniestro la que mejor lo describe.
Solo fragmentos de recuerdo verbal a veces significaban todo el hecho. Los recuerdos son a veces elaborados con símbolos con significado evolutivo lo que hace que la historia verbal pueda sonar a fantasía aunque sea verdadera en relación al trauma real. También, en la medida en que los recuerdos traumáticos se almacenan, su significado a menudo se reelabora y reevalúa a medida que el niño se desarrolla. No permanecen estáticos a lo largo del tiempo.
Los recuerdos verbales incompletos de hechos traumáticos pueden ser el resultado de la inmadurez cognitiva y de la supresión debida al afecto doloroso. El fracaso de un niño para recordar muchos detalles del trauma, especialmente en los casos de traumas múltiples y repetidos no significa que el niño no haya experimentado un trauma.
La investigación también ha mostrado que el recuerdo de los niños pequeños para los detalles se puede aumentar por la utilización de objetos auxiliares. Su uso puede estimular el recuerdo y no hay evidencia de que lo distorsione.
Tanto adultos como niños están sujetos a la sugestión. Sin embargo, los recuerdos de importancia central para un niño están menos sujetos a la sugestionabilidad o al uso de preguntas inductoras que los recuerdos de importancia periférica aunque lo que los adultos y los niños consideran importante no siempre coincide.

4) Diferencias que hacen diferencia.

Sin embargo y a pesar de las dificultades antes descriptas, es posible para un perito con adecuada formación especializada, brindar información útil que represente un apoyo valioso a la hora de administrar justicia.
Diferenciar adecuadamente un relato “real” de un relato “construido” es esencial para preservar el objetivo primordial de ambas disciplinas: trabajar por el bien superior del niño.
Es de utilidad para la tarea tomar en cuenta algunos indicadores:
El relato tiene una estructura lógica. Esto no implica linealidad ya que pueden aparecer ramificaciones, discreciones pero estas no modifican su estructura básica.
Progresivamente con las repeticiones hay detalles nuevos que van enriqueciendo el relato pero que no cambian su sentido.
Mientras que el relato “construidos verbalmente por otros” es sistematizado, rígido, cerrado, lineal, reiterativo.
El clima emocional que acompaña al relato. Es intenso, nos invade. El niño puede mostrar rechazo y/o evitaciòn del tema, sentimientos de temor y/o vergüenza.
Inclusión del cuerpo: el cuerpo expresa y acompaña el relato. Se conmueve.
Hay reportes de registro de los sentidos (sonidos, olores, sabores etc.), Sensaciones.

 

Si acordamos en pensar las emociones sucediendo no solo dentro del cuerpo individual de cada uno sino en el campo de la relación, el registro de nuestras emociones, sensaciones, de nuestro cuerpo conmoviéndose con el otro será el menos “objetivo” pero tal vez el mas certero indicador de “verdad”.

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Referencias bibliográficas

  1. Barudy, Jorge. El dolor invisible de la infancia. Bs. As. Paidos. 1998.
  2. Cárdenas, Eduardo. El abuso de la denuncia de abuso. Revista La Ley 15 de septiembre de 2000.
  3. Cirillo Stefano , Di Blasio Paola. Niños Maltratados. Diagnóstico y terapia familiar, Buenos Aires, Paidós, 1991.
  4. Gardner, Richard A. Verdaderas y Falsas Acusaciones de Abuso Sexual Infantil. 1992.
  5. Glaser Danya , Frosh Stephen. Abuso sexual de niños. Bs. As. Paidós 1990.
  6. Intebi, Irene. Abuso sexual infantil. En las mejores familias. Barcelona. Editorial Granica. 1998.
  7. Malacrea, Marinella. Trauma y Reparación. El tratamiento del Abuso sexual en la infancia. Barcelona, Editorial Paidós. 1992.
  8. Perrone, Reynaldo y Nannini, Martine (1997).Violencia y abusos sexuales en la familia. Un abodaje sistémico y relacional». Buenos Aires. Editorial Paidós. 2000.
  9. Usandivaras, Carlos, «El síndrome de alienación parental. Una forma sutil de violencia en el post-divorcio. Seminario intensivo de Psicología Forense. Colegio de Psicólogos de San Isidro en 1993.
  10. Volnovich, Jorge. Abuso Sexual en la Infancia. Buenos Aires.Ed. Lumen-Humanitas, 2003.