La importancia de las historias en la constitución de la pareja

[testimonial category=»amor-en-pareja» type=»slider»][/testimonial]

[dropcap type=»circle» color=»#ffffff» background=»#555555″]S[/dropcap]ilvia consulta a los 56 años por distintas dolencias corporales. Ha tenido muchas cirugías y dolores diversos. En el momento de la consulta está felizmente casada con el padre de sus cuatro hijos, dos varones y dos mujeres. Manifiesta ser muy feliz con su marido a quien conoce desde los 13 años en el Chaco, donde ambos vivían. Es decir, eran lo que habitualmente llamamos una “pareja de crianza”. Transcurrieron su vida en aquella provincia hasta que se trasladaron a la ciudad años después. Al poco tiempo de iniciado su tratamiento psicoterapéutico fallece su marido en un accidente de ruta. Ella queda totalmente desencajada. El amor de y por sus hijos, que es muy grande, no alcanza a compensar la pérdida de su compañero.
Inicia un intenso y dolorosísimo duelo, acompañado de pensamientos, sueños, visitas frecuentes al cementerio, nostalgias. Su familia la contiene.
Cuando parecía que su sufrimiento no tendría fin, dos años y medio después, seguramente ante algún indicio pequeño, que sólo un enamorado percibe, un hombre, apenas un poco mayor,  le confiesa que hace mucho está enamorado de ella. Él le cuenta que percibe un cambio, que ella ahora está distinta y teme que estando más abierta, alguien se acerque antes,  y él la pierda. Ella se sorprende con este comentario. En su terapia, en ese momento, estaba pensando y planteándose la necesidad de un compañero, situación que hasta entonces no se había cuestionado y si alguien lo hubiese hecho, ella se habría enojado.
Él le pide comenzar a verse y conocerse, aunque le confiesa que está casado, “mal” casado. Es infeliz. Ella, mujer estructurada, sin embargo se atreve. Estos encuentros la vuelven a la vida, se va sintiendo cada vez mejor. Las circunstancias en que se establece este vínculo, donde no hay cotidianidad, ni posibilidad de compartir los fines de semana, ni salidas hace que sus necesidades de comunicación y expresión se manifiesten a través de cartas diarias que ella produce y que le lee en cada encuentro. Esto a  él lo conmueve mucho y enamora cada vez más.
No sólo la narración amorosa se arma con las palabras de un sujeto como en el caso de Silvia, sino que la índole de la relación de pareja supone un relato. Antes de establecer un vínculo de esta índole tenemos ya ideas preconcebidas. Estas ideas o historias no son la verdad en sí mismas, pero pueden ajustarse o no a la situación que permita una buena adaptación al entorno. Esto es algo que trae R Sternberg quien se pregunta qué significa que el amor sea una historia y cuáles son sus características y cómo tienen lugar esas historias. Este autor señala que las historias son muy importantes y entenderlas nos puede hacer cambiar nuestras vidas.
Las conductas de las parejas son comprensibles a partir de tener en cuenta qué concepción del amor ideal tenía antes, cada uno de sus componentes y cómo tienen lugar esas historias  que ellos traían de antemano.  Compartir entre ellos alguno de estos conceptos puede hacer sobrevivir más a la pareja. Si alguien quiere vivir una historia romántica y en realidad vive una historia violenta seguramente se mostrará contrariado o insatisfecho. Como dice este mismo autor, el amor es una historia cuyos autores no son escritores de la talla de Shakespeare o García Márquez, sino nosotros mismos.
Silvia es una de esas escritoras de cuya historia aún no sé el final. Esta situación que por momentos me preocupa por idealizada, le ha devuelto, sin embargo, una serie de sensaciones y sentimientos importantísimos que la hacen vibrar y recuperarse de viejos pesares. Esto nos lleva a plantearnos qué es el amor?. Más aún, el amor en la pareja.  Y agregaría: Qué es la pareja? En qué contexto la tomamos? En qué cultura? En qué etapa de la vida?
Lo que narro de Silvia: es amor o enamoramiento? Ya que ella conoce de Luis algunos aspectos parciales que le gustan mucho, que “la enamoran” y supone, como ocurre en este estado alterado de conciencia, que el otro es “todo” así. Siendo que el amor, muchas veces surge luego de la desilusión que sobreviene después de darse cuenta que el otro no es todo lo que uno imaginó y “creó”. Es decir, cuando se lo acepta  con sus defectos y virtudes, cuando se incluye la tolerancia que disminuye la primera y necesaria idealización, producto del “enamoramiento”, cuando se pasa del “ciego enamoramiento al amor que mira y ve” (Johannes Neuhauser)
Tal vez en el caso de Silvia esté presente la vigencia del amor a través de la palabra, como prueba vital permanente que la mantiene viva todo el tiempo y que constituye un paliativo frente a la muerte. Antes de conocer a Luis, ella escribía para sí misma a través de su diario.
Un caso similar en la literatura ocurre en “Las mil y una noches” encarnado en el personaje de Scherezade. Ella para no morir, le cuenta todas las noches una nueva historia al Califa quien fascinado, la mantiene viva, postergando día a día su ejecución con el fin de escucharla nuevamente. De alguna manera, modos similares para combatir el miedo a la muerte.

 

[divider scroll_text=»Subir^»]

 

Acontecimiento y repetición

En “Medianoche de amor”, Michel Tournier, narra los avatares de una pareja que deja de entenderse después de varios años de matrimonio.
En el primer capítulo aparece con fuerza, una de las problemáticas habituales con la que nos encontramos los terapeutas de parejas. Ella dice “Aquí estamos separados por una inmensa playa de silencio…” Y más adelante agrega”….el domingo vamos a almorzar a un restaurant…A veces siento tanta vergüenza de nuestro mutismo que muevo en silencio los labios para hacer creer a los otros clientes que estoy hablando”
Más adelante…

 

Ella dice: “….una pareja se construye lentamente en el curso de los años, y  las palabras que intercambia adquieren con el tiempo una importancia creciente. Al principio bastan los gestos. Después el diálogo gana en extensión. Es necesario que gane también en profundidad. Las parejas mueren por no saber ya qué decirse. Mis relaciones con un hombre terminan el día en que al encontrarme con él tras una jornada transcurrida en otra parte, ya no tengo ganas de contarle lo que he hecho, ni de escuchar de sus labios cómo ha ocupado por su parte aquellas horas sin mí”
El aduce que aunque no se caracterice por ser parlanchín, ella frecuentemente le interrumpe sus historias, cuando manifiesta el cansancio por haberlas escuchado cien  veces…
Él dice: “En ese sentido me hiciste un día una proposición diabólica, y aún me pregunto si hablabas en serio. Me propusiste que numerara mis historias. En adelante, en lugar de contarte una de principio a fin con todos los refinamientos de un buen narrador, tenía que limitarme a enunciar el número, y tú comprenderías en el acto. Yo diría 27 y tú encontrarías en tu memoria la historia del perro de mi abuela, etc, historia 71, la fidelidad de dos gaviotas…14, la odisea de mi abuelo en su única visita a París… Pero entonces no me reproches mi silencio!”
Ella: “Es que me conozco todas tus historias, y hasta las cuento mejor que tú. Un buen narrador tiene que saber renovarse”. La respuesta de él, me parece que introduce un elemento muy importante de destacar que retomaremos más adelante.
Él: “No necesariamente. La repetición es parte del juego. Hay un ritual del relato que, por ejemplo, respetan los niños. Sin preocuparse de la novedad, exigen que se les cuente la misma historia en los mismos términos… De la misma manera, hay un ritual de la vida cotidiana, de las semanas, las estaciones, las fiestas, los años…”

[divider]

“…Hay una determinada idea bastante temible para matar el diálogo de una pareja, y es la del oído virgen. Si un hombre cambia de mujer es para encontrar en la nueva un oído virgen para sus historias. Don Juan no era más que un incorregible hablador…”
Ellos continúan conversando hasta decidir que lo mejor es separarse, que lo harán en una cena con sus amigos a la orilla del mar en la noche más corta del año para que dure hasta el amanecer.
Ella: “Les hablaremos, nos hablarán, será la gran charla sobre la pareja y el amor… Cuando todo el mundo haya dicho lo que tiene que decir, tú golpearás el vaso con el cuchillo y les enunciarás solemnemente la triste noticia…”
Llega la noche de la cena. Los amigos narran historias muy interesantes. Especialmente haremos alusión a una llamada: Los dos banquetes o la conmemoración.
Esta historia hace referencia a un califa quien debía elegir un cocinero para su palacio. Impaciente, le exige a su intendente que lo encuentre lo antes posible. Este le explica que ya tiene dos candidatos y que le resulta imposible elegir. El califa luego de pensarlo mucho, decide darles la oportunidad a ambos en dos banquetes sucesivos del palacio. Así se hace.
El domingo siguiente se realiza el primer banquete. Era tan inimaginable superar las exquisiteces presentadas que los comensales instaban al califa a nombrarlo cocinero de la corte sin esperar al otro. Sin embargo, el califa mantuvo la idea de darle la oportunidad de competir al otro candidato.
Al domingo siguiente se ofreció el otro banquete. Fue grande la sorpresa cuando llegó el primer plato a la mesa, ya que era el mismo del banquete anterior. Exquisito, sutil, rico, pero idéntico al anterior. Todos se iban poniendo nerviosos a medida que la comida avanzaba, ya que con los otros platos, ocurrió lo mismo. Pensaban que el califa enfurecería, por sentirse burlado. Por el contrario, al finalizar la comida él hizo venir a los dos cocineros y dijo:
“….todos habéis podido apreciar en estos dos banquetes el arte y la inventiva de los dos cocineros aquí presentes…… creo que estaréis todos de acuerdo conmigo en reconocer y proclamar la inmensa superioridad del segundo cocinero sobre el primero. Pues si la comida que degustamos el pasado domingo era tan sutil, original, rica y suculenta como la que nos ha servido hoy, no era sino una comida principesca. Pero la segunda, en la medida en que era la exacta repetición de la primera, se elevaba a una dimensión superior. El primer banquete era un acontecimiento, el segundo,  una conmemoración, y si el primero era memorable, fue el segundo el que le confirió retroactivamente tal memorabilidad…. Así, si aprecio en casa de mis amigos y de viaje que me sirvan comidas principescas, aquí en palacio, sólo quiero comidas sacras. Sacras, sí, pues lo sacro no existe sino por la repetición, gana en eminencia con cada repetición”
A partir de ahí, el califa contrata a ambos cocineros, al primero para que en los viajes se abra a los productos nuevos, a los descubrimientos gastronómicos y al segundo lo reserva” para el cuidado de la disposición inmutable de mi ordinario. Será el sumo sacerdote de mis cocinas y el conservador de los ritos culinarios y manducatorios que le confieren a la comida su dimensión espiritual”
Al final de la cena después que ya todos los amigos se retiraran, la mujer de esta pareja le dice a su marido: “No te levantaste… no les anunciaste a nuestros amigos la triste noticia de nuestra separación”
Él le contesta: “Es que la fatalidad de tal separación ya no pareció tan evidente al entrarme en la pareja todas esas historias”
Ella: “Si, tal vez lo que nos faltaba era una casa de palabras en la que habitar juntos…… La literatura como panacea de las parejas perdidas……. Tu cena nocturna marina estaba exquisita… Te nombro cocinero jefe de mi casa: Serás el sumo sacerdote de mis cocinas y el conservador de los ritos culinarios… que le confieren a la comida su dimensión espiritual”.
Lo que deseo destacar a través de esta historia es que así como el encuentro amoroso, situación de origen de la mayor parte de las parejas, es leído como acontecimiento, la repetición que es constituyente de la trama cotidiana (que no necesariamente implica aburrimiento), puede ser pensado como conmemoración.
Al respecto dice Bataille, lo más grave es que el hábito en el matrimonio se solía entender como lo que apaga la intensidad implicando costumbre. Y como consecuencia, al erotismo repetido se le atribuía ausencia de valor en lo referente al placer. Sin embargo sin una secreta comprensión de los cuerpos, que sólo a la larga se establece, la unión es furtiva y superficial. “El hábito tiene el poder de profundizar lo que la impaciencia no reconoce”

 

[divider scroll_text=»Subir^»]

 

Las historias narradas

En las parejas suele ocurrir que, como bien dice Sternberg,  cada uno de los miembros, aporta una narrativa propia. Cuando estas historias se complementan o comparten, es posible que las personas que componen las parejas la pasen mejor que otras que tienen narraciones muy disímiles.
Cada miembro de la pareja se acerca a la elaboración de la misma construyendo historias acerca de lo que es  o debe ser  el amor en pareja o el tipo de pareja que desea compartir. Es por eso que la interpretación de los mismos hechos es enfocada  por ambos miembros desde concepciones diferentes. Lo que resulta claro es que los individuos que inician una relación necesitan crear además otra historia compartida que complemente las historias personales que cada uno trae.
Por ejemplo, si cada uno de ellos tiene concepciones diferentes de lo que es “estar mejor” con el otro, es posible que si no lo procesan juntos, la pareja fracase. Si uno de ellos piensa que la relación debe ser siempre armónica y tranquila, sin complicaciones, mientras que el otro/a piensa que si no se comunica incluso confrontando, no avanza para crecer, se hará muy difícil la convivencia. Uno buscará el consenso hasta el sometimiento para no enfrentar, interpretando el estilo opuesto como ataque, mientras que el compañero interpretará la evitación del conflicto, como huída. Es decir, que sus previas historias acerca de lo que entienden por amor, los alejan.
Las historias pueden y suelen cambiar con el tiempo, pero nunca  desaparecen del todo. Hay variedad de historias de amor, que responden a modos de pensar, y a los propios  anclajes históricos de los participantes. Tomemos un ejemplo: En las parejas  en que uno de los dos propone  una historia de adicción, ya sea a la pareja o a una sustancia, nos preguntamos ¿qué pasa cuando alguno de los dos se corre de estos lugares? Otras parejas  necesitan una dosis permanente de humor, que los hará divertidos, pero que a veces, con esto mismo evaden cualquier profundización del vínculo.
Una vez construída la historia sobre una persona y sobre la relación que mantenemos con ella, hacemos lo mismo que haría un escritor; procuramos que adquiera coherencia. Sternberg dice que a nadie le gusta leer un libro lleno de contradicciones. A veces nos enamoramos de una persona que no hubiéramos aceptado de haber tenido en cuenta lo que nos indicaba  la razón. En general  las historias prevalecen sobre lo racional. Nos sentimos atraídos por personas que nos faciliten crear historias conjuntas en las que predomina nuestro deseo: lo que queremos que sea el amor. Nos enamoramos de la historia de una persona. Una vez establecida la pareja, la relación no cambia si no cambia la historia. Estas historias puede manifestarse a través de metáforas como George Lakoff y Mark Jonson plantean cuando se refieren a las metáforas de la vida cotidiana. Aluden a las mismas no sólo como un embellecimiento retórico sino como parte del lenguaje diario que influye sobre el modo en que percibimos, pensamos y actuamos.
Con qué idea del amor se acercan las parejas?
Los autores hacen referencia a diversas metáforas con las que se enuncia el amor.
l) El amor es una fuerza física (electromagnética, gravitacional u otras)
Esta metáfora conlleva a comentarios tales como sentir electricidad entre los componentes de la pareja, atraerse de modo incontrolable, compartir una atmósfera cargada, etc
2) El amor es un paciente
A través de esta metáfora se describe a la pareja como una relación enferma o bien sepuede aludir a un matrimonio sano, esa relación está mejorando. El amor, se dice,
es lánguido, está agotado.
3) El amor es locura
Estamos locos el uno por el otro. Pierdo el juicio. Estoy/ está chiflado por él, por mí.
Me vuelve loca/o.
4) El amor es magia.
Las palabras que suelen acompañar a esta metáfora suelen ser: Estoy hechizado/a.  Y cuando la relación termina: se acabó la magia

 

Estas metáforas, entrelazadas con las historias que narramos, demuestran que nuestros modos de hablar colaboran en construir modos de percibir, actuar, pensar y armar nuestro mundo en  pareja.
Esto se ve más claramente en nuestras consultas.
Las consultas,  hoy

 

En el consultorio, hoy, se me presentan parejas que transitan por lo menos, tres momentos del ciclo vital.
Me refiero a :
l) Parejas entre los 30 y los 45 años
2) Parejas entre los 45 y 55 años
3) Parejas entre los 60 y 75  años

 

Veamos qué sucede con el primer grupo:

 

1) Alfredo y Carolina tienen 40 y 42 años respectivamente.  Después de muchos intentos de  embarazarse, lograron tener mellizos que hoy tienen 7 años. Llegaron a la consulta hace 6 meses, con dificultades en la comunicación, mutua lejanía, cuentas pendientes de parte de ella por cierta violencia de él en el pasado. Dificultades de él con la familia de origen de ella. Él siente que se meten en la vida de ellos y que ella no los detiene. Ella dice que esto  es el producto de años de sentirse sola y que como se sintió protegida por sus padres  en ausencia de él, se siente muy cerca de ellos.

 

Cuando acuden a la consulta, no tienen vida sexual porque ella se niega. Dice que no tiene deseos y lo rechaza. El siente que si esto continúa mucho tiempo, la pareja se destruirá. Hacemos un trabajo terapéutico, se logra cierto acercamiento pero justamente en el momento en que se incrementa el acercamiento sexual y afectivo incluído el compañerismo, con mejorías en el ámbito de la familia y lo social, él plantea que se quiere separar. Ella se sorprende mucho, no entiende por qué, “ahora en que lo deseo tanto, lo he vuelto a amar, no nos peleamos, dormimos abrazados. “El aduce que el cambio es tan drástico que no cree que sea posible y “verdadero”. Deciden separarse y continuar con la terapia de pareja.

 

En el mismo grupo etáreo tenemos a:
l bis) Darío y Celia de 37 y 39 años respectivamente que consultan por dificultades en la pareja. Tienen dos hijos de 9 y 6 años. Ella no tiene deseos sexuales y es muy activa en su casa, en su vida, y en su trabajo.  Se prestó a ayudarlo, por pedido de él, en un nuevo emprendimiento. Él la admira y siente que le debe mucho, pero está molesto porque no tienen suficiente vínculo sexual y porque ella se ocupa en exceso de los problemas de su familia de origen. Ella se siente muy sola en muchos aspectos de la vida.
Ambos  tienen familias de origen muy complicadas y con mucho conflicto psicológico. Por otra parte, se hace evidente, cuando se dedican al ocio y a los hijos, la diferencia de intereses entre ambos.
En el siguiente grupo etáreo situamos a:

 

2) Cecilia y Néstor, ambos de 47 años, llevan 20  de casados. El plantea la terapia de pareja porque han perdido la capacidad de diálogo. Se siente mejor en familia que en  pareja y le angustia la eventual partida de los hijos, porque se pregunta cómo van a seguir adelante juntos ellos dos cuando estén solos. Se siente confundido. Le molesta que ella descuide algunas cosas por estudiar. Ella dice que eso no es cierto, que  se ocupa de todo el  manejo de la casa igual (tiene mucha posibilidad de ayuda) Tienen, además de frecuente, un muy buen vínculo sexual. Sin embargo, él se queja que ella no es suficientemente seductora y aunque siempre está disponible para los requerimientos amorosos, no los inicia. Luego de dos meses de trabajo de terapia de pareja y con algunos cambios especialmente de ella, que a él le complacen, incluído el hecho de que ella le pida que hagan  algunos viajes sólos, sin embargo, él manifiesta su temor a estar sólo con ella, a sentirse asfixiado y aburrido.
Dejando en claro que es necesario tomar  en cuenta las  singularidades,  podemos decir que en el panorama actual de las parejas se observa una cierta tendencia al aburrimiento fácil, donde  los vínculos se agotan rápidamente y las personas muestran una gran intolerancia a las diferencias.  Probablemente, además, por el alargamiento de la expectativa de vida,  existe un miedo a  pensarse con otro/a para siempre, sin otras opciones u alternativas.
La idea de relación, como dice Bauman, transmite tanto los placeres de la unión como los horrores del encierro. En el amor, hay un factor que inquieta mucho que es la incertidumbre del futuro, por lo menos hoy, en que no se posee como en el pasado,  la suposición de cierta garantía de duración eterna.
Hoy amar, paradójicamente, está ligado tanto al miedo a no saber, como al goce de una unión intensa. Mientras transcurre el amor, está siempre al borde de la derrota, dice Bauman. La pareja va disolviendo el pasado a medida  que se desarrolla, sin dejar  ni trincheras ni refugios donde replegarse en caso de necesitarlo. Nadie sabe qué  le depara el futuro. La pareja nunca está tranquila como para disipar nubes y apaciguar angustias.
En el caso de Darío y Carolina y de Celia y Alfredo, tal vez por compartir la franja etárea hay en común un prematuro cese del deseo en las mujeres. Seguramente predominan  las singularidades por encima de lo que  comparten. Pero  en esta falta de deseo, ¿no influirá al haberse alargado tanto hoy la expectativa de vida que pueda prevalecer cierta sensación de encierro y asfixia?. Alfredo y Darío lo dicen expresamente, no van a renunciar a la sexualidad en la pareja tan temprano… Llama la atención  el caso de Alfredo, quien se separa igual  a pesar de  haber recuperado una intensa vida sexual, ya que no le da crédito a este cambio. Acá,  como dice Sternberg, existen distintas historias en pugna: para él, el de un amor ideal, armónico, y para ella la historia de una pareja que “lucha” por obtener sus logros. Obviamente esto no alcanza ni para explicar lo que ocurre ni para ayudarlos a solucionar sus problemas. Tendrán que hacer un trabajo que esté también ligado a sus anclajes históricos. En el caso de Celia, ella tendrá que darse cuenta que tal vez, aún es más hija que esposa. Carolina, por su parte, tiene una historia de sacrificio, por la que siempre está lista para postergarse por otro/ a para hacerlos felices, ayudar a sus padres tanto en el negocio como en una enfermedad psiquiátrica de la madre, obtener varios títulos, postergarse cuando el marido la necesita laboralmente. Podría acaso de este modo llegar a la cama con deseo? Tal vez el agotamiento o la venganza imperen para la desaparición del mismo.
Mientras que Darío tiene una historia de desconfianza en la mujer. Los hombres, como su padre serán los leales. Está más afuera que dentro de la familia, la deja a ella muy sola con todo, mientras al mismo tiempo se sorprende de su alejamiento erótico.
En el caso de Cecilia y Néstor, él trae a la pareja su propia historia : “las mujeres son las que abandonan y los hombres no hacen nada para evitarlo”. Cuando la mujer calla, él se siente abandonado. Cuando ella le prepara una comida que no le gusta, él también se siente abandonado. Es notable como ella aunque  lo complace  sexualmente, y siempre  calla, su historia es diferente de la de él. Parecida a Celia, se posterga en algunas cosas,  aunque también aparece la represalia,  no en el sexo sino con el silencio: El desea que le cuente lo que hace, las cosas que lee, ya que ella es muy lectora, sin embargo,  ella calla.
Finalmente  nos encontramos con el tercer grupo etáreo, de entre 60 y 75 años. Aquí se ubican  Valeria y Julián quienes pudieron armar una larga historia.  Valeria  tiene 12 años menos que  su marido. Esto la hizo sentir siempre “mucho más joven” aún. Ella  no fue muy aceptada en su familia de origen por su madre, en comparación con sus hermanos varones. Encontró en Julián alguien que la amó/a  y aceptó/a siempre como es, hasta con su obesidad, tan criticada en su familia. En este momento de la pareja en que Julián, desde hace muchos años, se enferma de distintas cosas aunque lucha y se repone, la encuentra a Valeria agotada y enfrentándose con sus propias e incipientes dolencias. La historia de la joven y el maduro  se  acabó. Además ella se resiste a ser la cuidadora. Se siente sin aire y asfixiada. Han perdido hasta la ternura. El terror al propio envejecimiento y el temor al deterioro y muerte de Julián le hacen pensar a Valeria en el divorcio como única salida.
En todos estos  casos el  trabajo terapéutico resulta indicado y no cabe duda que ayuda. Ahora bien, en una terapia de pareja, más allá de las técnicas diferentes que se puedan aplicar y  de los marcos teóricos en que las mismas se anclen, tenemos que contar  con un/a terapeuta que tenga clara su propia historia de pareja, lo que le permitirá acercarse respetuosamente a los pacientes, despojándose en todo lo que pueda, de sus pre-conceptos y de la idea de que hay una “verdad”  o una sola  manera de vivir en pareja.
Silvia,  con sus cartas,  mantiene viva la llama del amor y alejada  la muerte, como Scherezade con sus cuentos. La pareja literaria de Michel Tournier  encuentra un puente de palabras para paliar el silencio que los hundía en un difícil abismo. Así logra recuperar tanto el encuentro primero  como también la conmemoración permanente que  recrea espacios nuevos a partir de viejas tramas conocidas.
Por último, tal vez después de  mucho tiempo de terapeuta, me puedo plantear que siguiendo a Bauman, en esta sociedad “líquida”, donde las palabras se las puede llevar el viento, más que la aplicación de técnicas en la terapia de pareja, deberíamos propiciar en la sesión, un  lugar para el “encuentro” que se ha perdido. La función primordial del terapeuta consiste en favorecer un diálogo propiciador de la aparición de nuevas historias compartidas que a su vez, favorecerán la construcción de una “verdad” para la pareja.

 

María Rosa Glasserman
Mayo 2007

[divider scroll_text=»Subir^»]

Bibliografía

Bauman Zygmunt, “Amor líquido”, acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires 2005

 

Lakoff George y Mark Jonson, “ Metáforas de la vida cotidiana” Catedra, Colección Teorema, 1995, España.

 

Sternberg Robert J., “La experiencia del amor” Paidós,2000

 

Sternberg Robert J., ”El amor es como una historia” Una nueva teoría acerca de las relaciones, Paidós,1999

 

Tournier Michel, “Medianoche de amor”, Alfaguara Argentina

 

[divider scroll_text=»Subir^»]